El Tonguismo inicia su aventura en Roma, con puntos de venta en la capital italiana y colaboradores que aportarán sus creaciones en el próximo número.
Desde el primer contacto con el Tong los romanos y romanas han mostrado su entusiasmo, excepto Benedicto XVI que dejó ver su escepticismo diciendo: "è un mondo difficile per il Tonguismo".